jueves, 12 de junio de 2008


Más que deseo fémino

Llámame como quieras, con tu idioma universal,
acógeme en esa barca , en la que navegó tu inocencia,
que tu dulzura se prolongue a mis latidos, que tu boca
no censure la palabra que el corazón anhela proclamar
Te llamaré, con miles de nombres antiguos, legendario
amante, cacique de mi cuerpo
Como la lluvia baña a la tierra con gracia y alegría, así
florecerás en mis campos, bendición ensalzada, yelmo
reconfortante
Te llevaré prendida en el nicho tibio de mis antojos
hospedándote en la humedad de mi caracola de donde
jamás querrás desterrarte…
Entonaré tus oídos con miles de te amo, volviéndose
un eco interminable , inmutable, cantar protagónico de enlaces
dios inmortal de mis antologías
Que el espacio entre mi silueta y tu silueta sea nulo
compenetrarnos sin tocarnos, sentirnos sin apenas rozarnos
Así con ese amor , el que llena los confines del alma, el que
de solo palparlo nos eleva al cielo y vuelves en un segundo
pleno de mi y llena de ti
Deseo apreciar cada rasgo de tu cuerpo, magnifico, único,
Así… verte caminar hacia mi, suave , desafiante, asirme a tu
pecho, ese pecho morada, cueva térmica que me reivindica
de una paz exagerada y no dejarte ir ¡nunca más!
como las palabras plutonianas de aquel amante poeta
que ante su propio dolor veía al ave nocturnal picotear
insaciablemente sus pensamientos , con estas sílabas inaceptadas ,
repetitivas, inadaptadas a la realidad de su pobre humanidad, pero
aunque frías, apasionantes, incandescentes, hoy las transformo
mías para rendirme fielmente, pero a un ave núbil, alba,
intermitente, boreal, resurgida de almas enamoradas y de
recónditos luminosos
Tener la capacidad de dominar el tiempo y en ese instante
verme en tus ojos , a través de ellos ver a una misma dirección
y no dejarte ir ¡jamás!
Poder captar este peregrinaje tierno y dulce en más de alguno de
los siete artes, inmortalizarlo, tener perpetuada la visión sin
barrera, sin fronteras de nuestra entrega
Sincronizando los latidos de nuestros corazones, ahondando
nuestros pechos resbalosos, nuestros sentidos inutilizados
por este amor sagrado, sediento, insaciable
Solo oyendo la aceleración de nuestra sangre en las venas
sobran palabras…sabios labios palmo a palmo descubren
rincones inexplorables que salen a luz, deleitándose con néctares
exquisitos y de tanto amor, ni siquiera darnos cuenta que estamos
amándonos , en un suspiro, en un vacilante escape piloto,
vehemente tu boca embriaga mi boca y tu cuerpo se sumerge en
mi cuerpo y así en ese preciso momento cúspide volvernos saetas
plenas de colores desapareciendo de este universo para crear
uno solo para los dos