jueves, 14 de agosto de 2008


Presagio

Entre más camina, se aleja más de si
ese río , las oleadas de fuego azotan
insistentes y aún muy fuerte en el pecho
El final lo olfatea como flora de un
jardín esquivo, de sus púas retoñan
impresos de un inicio tormentoso que
no necesariamente es el comienzo
La hiedra se enreda desafiante cortando
el rostro que entre las garras puntiagudas
de la falsía el pie tropieza torpemente
La recolecta no suma en cambio merma,
recoge cicatrices de diferentes aspectos
que de su propia mano traza las facetas,
pueril, maduro y senil en un solo ciclo
proyectado…
Lo que es cantar para otros es lamento como
las rocas mal amadas de los lejanos desiertos
Si una lágrima pudiese menguar el calvario,
redimir la mazmorra quebrantada, si un solo
golpe finiquitador librara el estertor …cuan
fácil sería propiciar el instante culmine y
fútil por no enfrentar la distancia extrema,
el mismo temor que dificulta los pies
cansados a cruzar hacia la selva hostil
Persigue la fauna extraña que huye al
lamento de tales sentidos, se interna en
la única cueva húmeda , rocosa, mas no
es lo que esperaba… aire…asfixia…sed
….hastío, que se conjuga en un tiempo
donde cronos no le reveló su identidad
siendo solo parte de un artilugio con
un monótono mecanismo