martes, 2 de septiembre de 2008


Flor de miel…un pipito

Taciturno a la par de su cama un dibujo
pintado a medias, el pincel con las acuarelas
lloran, le falta el añil y el violeta
Una flor sonriente apenada se asoma a la orilla
de un conejo con bigotes de caramelo y largas
orejas, atentas a la música de un acordeón
El tiempo materializa las manos y bailan las
notas de la armónica de su terminable niñez,
mientras la sonrisa tierna en la mirada de una
madre le da vida a un milagro
La aurora se estremece ante el velo de inocencia
y por él dispara con alegría los rayos que con
fe chinvarona acarician el rostro transparente
en apariencia angelical y capturan sus manitas
lánguidas el vuelo de una libélula
Sus ojitos chispolines saltan como estrellitas
chispeando sobre el manto azul, la luna careta
por fin le regala el sueño…sueño de dulce
algodón
Camina en el país de los niños por montañas
confitadas, donde no habita el brujo dolor y
es prohibido el duende sufrimiento, un purzy
lila anuda sus manos en vuelo hacia el cielo,
entre enjambres de mariposas coloridas …
nacaradas …entre colibríes y olores dulces
En el palacete del hada de la fe, la libélula
dorada y traviesa salida de la copa de la
abundante felicidad le besa su delicado corazón
Los dones hacen rondas de juegos que brincolines
danzan por su bienvenida…
Despliega sus débiles alas, mientras la ilusión, con
su traje pintado de maravilla le abraza . La vida
poco a poco va volteándole la cara…con un guiño
infantil y mirada tierna sutilmente le abandona
No habrá mañana…no hay más promesas, la
puerta gris está entre abierta
El ruiseñor suelta el canto más bello y triste que
pudo colocar en todo el bosque…él canta y sueña
navegando en el barquillo de papel que papá le
construyera…y así en el río poblado de estrellas
rumbo al sol juguetón, feliz se bocetea una sonrisa
llena de melodías mágicas…en el jardín primoroso
los deseos alberga…
El dulce guardián de la puerta le ofrece a su llegada
la flor más increíble que nace detrás del arco iris,
la del polen de la eterna felicidad
Es un niño solamente con no más de siete años
siendo una prueba viviente que más allá de lo
inevitable…siempre impera la esperanza